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La hora azul ¿Habrá una forma distinta de enfrentar este año?

La hora azul ¿Habrá una forma distinta de enfrentar este año?

Este término hace referencia a ese período del crepúsculo cada mañana y en la noche, donde no hay ni luz del día ni oscuridad completa. Una expresión concreta y casi mágica de la transición que podríamos estar sintiendo aquí y ahora.
Es posible que hayamos experimentado cambios en nuestra energía, ánimo e incluso en los patrones de sueño/ vigilia, alimentación y digestión durante este inicio del otoño y primer período compartido del año escolar y laboral.

También probablemente reconocemos algunos factores ambientales y personales en juego: el término del período de verano, desafíos personales de este año, menos luz natural, más personas circulando a tu alrededor, más ruido, cambios
bruscos de temperatura durante el día, más tareas, menos tiempo libre, etc.

Todo esto podría hacernos pensar en forma pesimista y considerar seriamente la alternativa de vivir en una isla tropical. Pero ¿habrá una forma distinta de enfrentar este año que tenemos delante?, ¿será que estamos destinados a “reaccionar” ante nuestra circunstancia?, y más allá de todo esto ¿sabemos cuáles son los pilares de nuestro bienestar?

Aunque obviamente la vida es persona específica, y no existen recetas mágicas que nos sirvan a todos, quisiera compartir alguna información/reflexiones que nos podrían ayudar a buscar/mantener ese sentido de bienestar.

En el ámbito de la arquitectura, los investigadores recomiendan imitar lo natural a través de las luces artificiales. Por ejemplo, las luces brillantes y más fuertes son mejores para las mañanas y durante el día, mientras que las luces tenues son mejores para la noche.

Según el tono del color que irradia al ambiente, las luces cálidas hacen que los ambientes sean más acogedores y relajantes, mientras que las luces más frías hacen que el ambiente sea más estimulante; nos hacen sentir más alertas, más enfocados y pueden aumentar los niveles de productividad. También se cree que la luz azul reduce los niveles de la hormona melatonina, relacionada con el sueño, haciendo que nos sintamos más despiertos. Los computadores y las pantallas móviles emiten mucha luz azul, de modo que ese último chequeo del correo electrónico desde la cama, puede hacer que nuestro sueño sea menos reparador (Souza, E. traducido por Franco, J. , 2021).

También se ha estudiado que la luz de las lámparas LED fomenta la estimulación mitocondrial. Las mitocondrias son orgánulos presentes en todas las células del cuerpo y se encargan de realizar el proceso de respiración celular, que provee la energía necesaria para las reacciones químicas en nuestro cuerpo (Revisado en http://psiqu.com/2-70371).

Ahora bien, si nos enfocamos en nuestro ser interno, aunque creamos que nuestra identidad permanece estable en el tiempo, constantemente estamos construyendo y re construyendo quien somos, re escribiendo nuestra biografía. Olvidamos ciertos hechos e interpretamos otros de maneras nuevas todo el tiempo.
Entonces, ahora que estamos comenzando un nuevo año laboral-escolar, podría ser un buen momento para decidir enfrentarlo distinto, enfocándonos en las oportunidades abiertas que nosotros y nuestras familias tenemos, y pensando en cuáles de nuestras estrategias reconocemos útiles y cuáles queremos cambiar en este período del año.

En la tradición yóguica, para experimentar un cierto efecto, hay que practicar meditaciones por un número de días, y 40 días seguidos son lo mínimo para romper un hábito y sentar las bases para un cambio interior.

Entonces, he aquí algunos tips:

  • Establece expectativas concretas, “pasito a pasito”, que orienten y motiven tu cambio.
  • Mantente ahí, día tras día, para generar un nuevo hábito.
  • Préstale atención positiva a las nuevas experiencias y celebra los pequeños cambios/logros.
  • Utiliza tu poder para vetar pensamientos, emociones y acciones automatizadas del pasado, que ya No te sirven y dale la bienvenida a este nuevo año, lleno de interesantes y entretenidas experiencias por vivir. (Bachrach, E., 2014).

Para finalizar este escrito, sólo me gustaría agregar que es totalmente esperable/normal sentirse muy cansada/o, triste o desanimada/o algunos días; sin embargo, hay que prestar atención si estos síntomas se hacen más permanentes
y comienzan a interferir con nuestro desempeño cotidiano. Si eso ocurre, sería recomendable acudir a un especialista que nos ayude a evaluar la necesidad de tratamiento. (ACHS, 2018)

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