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Adultez Emergente: ¿Cómo convivir con hijos adultos?

Adultez Emergente: ¿Cómo convivir con hijos adultos?

En la actualidad se ha extendido la edad en que los hijos/as se van de la casa de los padres. En un estudio realizado por la Universidad Católica se estableció que un 47,4% de la población que tiene entre 25 y 30 años vive con sus padres. Esto ha implicado que las familias han debido acoplarse a funcionar con hijos adultos, pero que continúan siendo dependientes económicamente. Entre las explicaciones de este fenómeno se encuentra el mayor acceso a la educación superior y la necesidad de contar cada vez con mayor formación académica, en muchas casos no siendo suficiente un título de pre-grado. A esto se suman las dificultades para encontrar un trabajo que permita lograr independencia económica y la postergación de tener hijos y casarse.

Todas estos aspectos son posibles de comprender bajo el concepto de adultez emergente, que considera a todas las personas que se encuentran entre los 18 y 29 años. Se ha denominado de esta forma, dado que se caracteriza por ser un tiempo intermedio entre la adolescencia y la adultez. Esto implica que existen aspectos propios de la adolescencia como la exploración y consolidación de la identidad y otros de la adultez como la configuración de un proyecto de vida. Sin embargo, ninguno de estos aspectos se encuentran consolidados al momento de entrar a este período, sino más bien lo que se logró en la adolescencia es puesto a “prueba” pudiendo cuestionar o reafirmar ciertas creencias, siendo posible descubrir nuevos aspectos del sí mismo. A su vez se esbozan los primeros trazos de lo que se desea realizar en la vida. En este sentido existe una reflexión respecto a lo que se quiere lograr en un futuro más lejano.

Lo expuesto, a nivel familiar puede generar una serie de dificultades de adaptación, dado que los padres se encuentran con hijos que económicamente siguen dependiendo de ellos, pero que en términos legales son considerados adultos. Esto podría implicar cierta ambivalencia por parte de los padres e hijos respecto a esta etapa, puesto que existe una demanda de mayor autonomía y toma de decisiones, pero al mismo tiempo no se desea ser adulto, lo que dificulta el manejo de límites por parte de los padres.

Muchas veces los padres continúan funcionando como si tuviesen hijos adolescentes, intentando otorgar límites de protección que pueden no ser comprendidos por los hijos quienes desean tomar sus propias decisiones. Ejemplo de ello puede ser en temáticas tales como la carrera a estudiar, la pareja escogida, los horarios de salida, la vida sexual, entre otros. Un 20% de los jóvenes que participaron en un estudio de adultez emergente indican que sus padres se han vuelto más estrictos y controladores en relación a los estudios, la asistencia a clases y las salidas. También hay algunos que señalan que han tenido conflictos importante con sus padres al escoger una carrera distinta a la esperada, lo que ha generado un distanciamiento.

A partir de esto es posible preguntarse cómo lograr una relación entre padres e hijos que no esté en constante pugna.

  • Lo 1ro es saber que existirá un período de adaptación en el que es esperable que existan ciertas dificultades. Teniendo claridad respecto a esto es posible disminuir los niveles de angustia que puede generar el no saber cómo manejar esta situación.
  • Se recomienda que puedan conversar ambos padres junto al adulto emergente, para explorar en qué dimensiones él siente que necesita un mayor apoyo paterno. Por ejemplo en la elección de una carrera o trabajo puede ser posible que solicite orientación y apoyo.
  • También acordar con el adulto emergente cuáles son las esferas en las que requiere mayor autonomía, de modo que los padres puedan explicitar las responsabilidades asociadas y negociar de este modo que ambas partes se sientan más tranquilas. Por ejemplo en torno a las salidas y horarios, entendiendo que ya no es un adolescente. A su vez se puede solicitar que exista un aporte monetario o algún tipo de compromiso que asuma el adulto emergente.
  • Es importante que los padres puedan acompañar a sus hijos en esta etapa, entendiendo que es una transición hacia ser adultos, por lo que es necesario facilitar su desarrollo y evitar un posible estancamiento por temor a crecer.

En general la salida del hogar se realiza casi llegando a los 30 años, por lo que existe un largo período en que la familia deberá lidiar con los distintos desafíos que conlleva esta etapa.

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